Prevención
Entre las posibles medidas de prevención para este trastorno podemos destacar los siguientes:
- Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a prevenir la depresión y disminuir las posibilidades de que se presente de nuevo.
- La psicoterapia reduce la probabilidad de que usted resulte deprimido nuevamente.
- La psicoterapia puede ayudar en los momentos de aflicción, estrés o desánimo.
- La terapia de familia puede ayudar a los adolescentes que suelen sentirse deprimidos debido a los problemas familiares. Mantener contacto cercano con los amigos y seres queridos es primordial para prevenir la depresión.
- Se ha relacionado la carencia de Triptófano un aminoácido que aumenta los niveles de serotonina en el cerebro promoviendo la sensación de bienestar, con la prevalencia de este trastorno emocional en el sujeto. El consumir alimentos como: la leche, la carne, los cítricos, los espárragos, el repollo, el chocolate y los plátanos ayudaría en estos procesos cerebrales.
- También se ha relacionado la disminución de la prevalencia de este trastorno con el solo hecho de agregar ácidos grasos omega-3 a la dieta, los cuales se pueden obtener en suplementos de venta libre o consumiendo pescado como el atún, el salmón o la caballa.
Cuidados dentro del hogar
Si usted presenta depresión durante 2 semanas o más, debe ponerse en contacto con el médico u otros profesionales de la salud antes de que los síntomas empeoren. Si usted tiene depresión moderada, el plan de tratamiento más efectivo probablemente involucrará una combinación de psicoterapia, cambios en el estilo de vida y medicamentos. Sin importar el tipo y gravedad de la depresión, los siguientes cuidados personales pueden ayudar:
- Dormir bien.
- Consumir una alimentación nutritiva y saludable.
- Hacer ejercicio regularmente (liberan endorfinas u “hormonas del bienestar”)
- Evitar el consumo de alcohol, marihuana y otras drogas psicoactivas.
- Involucrarse en actividades que lo hagan feliz o que lo hagan sentir bien.
- Pasar el tiempo con familiares y amigos.
- Si usted es una persona religiosa o espiritual, hable con clérigos o consejeros espirituales.
- Contemple la posibilidad de la meditación, el Tai Chi, el Yoga y otros métodos de relajación.